La Chicuelina

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La Chicuelina

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Historia de la Chicuelina

La Chicuelina es una de los lances y pases de toreo más emblemáticas y estilizadas. Una técnica que ha cautivado a aficionados taurinos y críticos por igual a lo largo de la historia de la tauromaquia. Con una elegancia y precisión características, la Chicuelina se ha convertido en un símbolo de la maestría y destreza del torero en el ruedo.

Para comprender plenamente la importancia y el significado de la Chicuelina en el mundo del toro, es esencial explorar sus orígenes y evolución a lo largo del tiempo.

 

La Chicuelina y Chicuelo

La denominación exacta de Chicuelina, proviene directamente de Manuel Jiménez Díaz, apodado Chicuelo. Manuel Jiménez Díaz fue un destacado torero de principios del siglo XX, contemporáneo de Joselito. Su estilo y destreza en el ruedo lo llevaron a ganarse el respeto y la admiración de sus colegas y aficionados. Se cuenta que Chicuelo era especialmente hábil en la ejecución de esta suerte taurina, y fue así como se popularizó el término Chicuelina para referirse a esta técnica en particular.

La Chicuelina y Joselito

Aunque Chicuelo pasa por ser su predecesor o inventor, quien la perfeccionó fue José Gómez Ortega, Joselito. Popularizó esta suerte durante su carrera, siendo, quizá el mejor representante de este famoso lance del toreo.

José Gómez Ortega, conocido popularmente como Joselito o El Gallo. Este diestro español, nacido en Gelves, Sevilla, en 1895, fue uno de los toreros más destacados de su época y dejó un legado perdurable en la tauromaquia. Durante su carrera, Joselito desarrolló y perfeccionó esta suerte, convirtiéndola en una técnica distintiva que sería imitada y admirada por generaciones posteriores de toreros.

su ejecución

La Chicuelina se ejecuta cuando el torero está de frente al toro, con el capote extendido horizontalmente desde su cuerpo. Con un movimiento ágil y preciso, el torero atrae la embestida del toro hacia el capote, desviándolo con un giro de muñeca elegante y una movilidad grácil de su cuerpo. La clave de esta suerte radica en la capacidad del torero para anticipar los movimientos del toro bravo y ejecutar la maniobra con fluidez y armonía, creando así un momento de belleza y emoción en el ruedo.

La evolución de la chicuelina

A lo largo de los años, la Chicuelina ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes estilos y épocas, pero siempre conservando su esencia y su impacto estético. Desde los tiempos de Joselito hasta la era moderna del toreo, numerosos toreros han incorporado la Chicuelina a su repertorio, demostrando su versatilidad y su relevancia continua en la tauromaquia contemporánea.

Uno de los aspectos más fascinantes de la Chicuelina es su capacidad para transmitir una sensación de control y dominio sobre el toro bravo, a pesar de la aparente peligrosidad de la situación. Cuando se ejecuta correctamente, esta suerte revela la maestría y el valor del torero, así como su profundo entendimiento de la psicología del toro y su instinto de supervivencia.

El poder simbólico de la chicuelina

Además de su aspecto técnico, la Chicuelina también posee un poder simbólico en el contexto de la corrida de toros. Más allá de ser simplemente una maniobra técnica, representa la habilidad del torero para enfrentar y superar los desafíos y peligros del ruedo con gracia y determinación. Es un recordatorio de la conexión única entre el ser humano y el animal, una danza de vida y muerte que se desarrolla en el corazón mismo del ruedo.

En conclusión, este pase del toreo es mucho más que una simple suerte taurina o lance del toreo; es una expresión artística y cultural arraigada en la tradición española y una manifestación de la habilidad y el coraje del torero frente al toro. A lo largo de los años, esta técnica ha perdurado como un símbolo de la grandeza y la belleza del toreo, cautivando a audiencias de todo el mundo y dejando una marca indeleble en la historia de la tauromaquia.

Imagen Chicuelina de Fidel Molina. No dejen de visitar la web del genial pintor Fidel Molina